domingo, 1 de noviembre de 2009

DISCURSO DEL POETA WINSTON ORRILLO


”Señor Vicepresidente del Gobierno Regional del Callao, representante del Presidente Regional, señores miembros de la mesa de honor. Para mí es un placer un poco fatigado…como ustedes no ignoran este es el mes de las letras, entonces los que tenemos el gusto de perpetrar algunos libros, pues hemos sido requeridos y nunca nos negamos.

Encantado además porque no hay placer más grande para un lector que leer, y cuando Santiago Risso me presento a Vicente, por correo, yo dije ¡venga el libro! y el libro llegó. Y acá lo tengo, está totalmente subrayado y anotado, porque yo soy de los que lee con lápiz en la mano, no hay lectura que no requiera una concentración. Martí dijo ser cultos para ser libres y Mariátegui dijo una revolución que sea para los pobres no solo es la conquista del pan sino la conquista del arte, el pensamiento y todas las complacencias del espíritu.

Y este libro precisamente trata de eso, Vicente a mi me sorprendió mucho. Pues la obra es la historia de un luchador social que ingresa a una de las aventuras existenciales más representativas del Perú, la invasión de los cerros aledaños a la metrópoli. En este caso es un cerro invadido por gente que evidentemente no puede pagar y solo le queda la invasión como recurso. Pero el caso es que no es una novela así alucinada, sino es una novela que combina la narración con la poesía, y precisamente a mí me conmovió muchísimo.

Yo comencé por leer la poesía porque estoy familiarizado por mi formación profesional, porque de 30 libros que he publicado 25 son de poesía. Yo comencé por la parte de la poesía y me encontré con unos versos increíbles. Voy a leer: “ANULABA EL PAISAJE, ELLA ERA TODO EL PAISAJE…” ¡hombre! Bueno tenía dos tesis que corregir, tenía 40 exámenes que revisar, todo quedó marginado, y subí a leer, obviamente la lectura fue algo placentero. Vuelvo a leer: “DESCUBRÍ ASI QUE LA TERNURA ERA LA HERMANA MENOR DE LA COMPASIÓN”.

Este carácter aforístico, este carácter de la frase que nos conmueve y se queda con nosotros es una característica de un escritor que realmente ya superó la etapa del primer libro, pero ¿es el primer libro? No, también tiene… ¡un libro para niños! ya decía, no puede ser un primer libro, porque evidentemente acá hay ya una pluma, como decía Flaubert “no hay que leer lo que cuentan los ingenuos, la poesía y el arte no son obra de la inspiración”. Y es famosa la proporción aquella de 90% de transpiración y 10% de inspiración”.

Es decir, la inspiración sola no basta, sino que hay un trabajo. Para escribir una página, hay que haber leído cien páginas, esa es la proporción, el que escribe es de hecho un omnívoro lector, un lector así fundamental. Y luego aparece la obra, sin que uno copie la idea. Y este libro es un poema en prosa o una prosa poética, como quieran ustedes, a mí me llena de satisfacción, haber leído un libro que combina prosa y poesía. Yo creo que es una fórmula muy buena.

Vicente es abogado, tiene que lidiar con los papeles, tiene que lidiar con los expedientes. Yo también estudie abogacía, pero no era mi oficio. Me decidí por la literatura porque yo solo sé escribir, ese es mi oficio, no es un oficio rentable y en el Perú ¡Ni hablar!...pero da tremenda cantidad de placer. Ese placer que me dio por ejemplo cuando leí este libro que no conocía, porque acababa de salir y encuentro que sigue habiendo obras de arte.

En todo esto hay una llama inflamada en este libro, este es un libro que no se puede leer indiferente. El hombre que ha escrito este libro es un hombre con una profunda, una entrañable emoción. Y el drama del personaje que vive y que describe, es un drama cotidiano, es un drama de miles y miles de seres humanos que acaban arrastrados por el sistema. Yo creo que es importante felicitar al autor, porque felicitando al autor hacemos un acto de amor, porque escribir un libro es un signo de que la vida sigue estando viva y que nosotros seguimos creyendo en la vida.

Yo creo finalmente que este libro, que lleva un título interesantísimo: “Tu Presencia de Hecatombe”. Creo es la hecatombe precisamente el descubrimiento de la vida. La vida como una constante y como un himno invencible, es la lucha eterna de David y Goliat. En la que a pesar de todo el mecanismo apocalíptico que maneja Goliat, David -y Vicente es uno de ellos- siempre ganará la batalla. Gracias.”

*WINSTON ORRILLO LEDESMA: poeta, comunicador, escritor, doctor en Literatura y ex Director de la Escuela de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, autor de más de 20 libros de poemas, ganador del premio “Poeta Joven del Perú” en 1965, jurado de la Casa de las Américas en Cuba, catedrático en la UNMSM y la Universidad San Martín de Porres, autor entre otras obras de “La memoria del Aire”, “A la Altura de un Hombre”, “Orden del Día” y “Manual de Poesía Amorosa”

sábado, 24 de octubre de 2009

DISCURSO DEL POETA MANUEL PANTIGOSO


”Estimados señores de la mesa, amigos. Me invitaron a participar en la presentación de este libro de Vicente González Navarro, a partir de amigos directos y como es natural a los amigos no se les puede decir que uno está ocupado o cosas así, pero además quise estar aquí para compartir algunas reflexiones.
La lectura de un libro supone obviamente un lector. Y la presencia de un lector supone enfoques, visiones, percepciones, muy amplias, variadas y en algún caso hasta antagónicas, pero siempre ricas. Cuando se trata de una obra literaria esto se acentúa. Sin duda ese es el gran reto del escritor y el gran reto del lector de literatura (porque no se puede acercar a la obra literaria como uno podría acercarse a un artículo periodístico o a un ensayo). La obra literaria se caracteriza fundamentalmente porque tiene el nivel expresivo y el nivel representativo, es decir, un nivel de expresión mucho más hondo y profundo, como si fuesen capas que se van buscando una debajo de la otra, hasta encontrar múltiples significaciones. Y por otro lado, la obra literaria es la representación de algo, es decir, vive y funciona como símbolo; se dice algo y efectivamente de eso se está hablando, pero simultáneamente eso de lo que se está hablando es símbolo de algo más hondo, más profundo o más trascendente.
Por eso que la lectura en el fondo –desde ya algunas décadas atrás- se ha convertido más bien en la lectura de uno mismo. Uno lee y entiende aquello que puede entender, se ayuda de un diccionario, se ayuda de su propia experiencia, se ayuda de otros libros leídos, y con todo aquello comienza a entrar en el texto.
En un texto, aun en aquel puramente descriptivo tiene esa cara superficial de las cosas, el discurso que por naturaleza ya es simbólico, cualquier palabra de una expresión cotidiana de un conjunto de palabras es escuchado por alguien y entendida de una manera no igual que para el otro que también está escuchando lo mismo. El propio lenguaje es simbólico. El lenguaje de cada escritor abre sus propias ventanas para que se pueda ingresar en su ámbito. Entonces mi lectura de este libro “Tu Presencia de Hecatombe” tiene esa posibilidad de lectura cada vez más honda hasta donde el lector pueda llegar, dejando que lo que uno pueda decir siga prolongándose en cada uno de ustedes en base a una lectura mía para que luego surja la lectura de cada uno de ustedes –como yo sé que todos están comprando el libro- seguramente esta presentación ha de servir también para que cada quien por curiosidad se convierta en lector de este libro y encuentre –a partir de lo que estamos diciendo- otras cosas tan interesantes como las que propongo a continuación.
Voy a leer un pequeño texto y hacer algunas reflexiones. El verso de César Moro “…tu presencia de hecatombe” que no solo le presta el título a la obra, sino que también aparece en el epígrafe de uno de los poemas que le sirve a Vicente González Navarro para sugerir, impactar, implicar al lector sobre una realidad social a todas luces caduca y dolorosa, el verso está dentro de la segunda parte del libro que son poemas, pero bien podría estar en el epígrafe de todo el libro. Desde la foto, porque todo es importante leer, también se lee una foto. Desde la foto de la propia carátula el libro se abre decididamente hacia el mundo de lo social. Es decir, de lo individual hacia lo social. La función estética, en principio, se repliega como para que luego nos sorprenda más. No es algo que ingresa directamente en lo estético, en lo simbólico, en lo literario en sí. Sino esta foto es absolutamente impactante, es real, es objetiva, es social. Anuncia la conjunción entre poesía, sugerido por el título surrealista de Moro, y la prosa. El dibujo hace referencia a esas portadas de libros de contenido sociológico. Nadie diría que es un libro de narrativa y menos de poesía. Pero ya quiero ir advirtiendo que eso es una trampa entre comillas. Como para invitar al lector a que “vea más allá” o para ya ir diciendo que lo literario no tiene que ir separado de lo social al contrario surge de ella y va hacia ella.
La prosa y la poesía pueden verse también como dos estados de ánimo. Una visión anodina, caótica, dura y prosaica que es la realidad y que está en la primera parte de la narrativa (“La Voz Cantante”) y por el otro, la visión utópica, lírica, esperanzada o desesperanzada de sus moradores en la segunda parte (“El Expediente Buenaventura”). Aquí hay una conversación dialéctica que al final vamos a ver se convierte en una sola unidad.
A través de su trabajo creativo el autor intenta explicarse el proceso histórico actual del país, tanto su raíz en el pasado como en el presente dinámico y su futuro incierto. Es ese ejemplo, la lucha del pueblo en la ciudad que tiene una especial atención desde diversas orillas. La fiesta y el dolor, el trabajo y los ocios. La memoria y la propuesta. El miedo y la firmeza, el amor y otras experiencias cotidianas como matices dentro del espíritu multicolor del canto general de la historia y del pueblo.
La condición de abogado del autor, le hace plantear el libro a manera de un expediente, de un legajo judicial. Y acá también por su propia condición humana, de abogado, de escritor y poeta, está esa dualidad a la que me he referido anteriormente: la poesía como una salvación de la otra parte (prosaica) o ambas como una correlación de fuerzas. El texto narrativo lleva por título “La Voz Cantante” y los poemas “El Expediente Buenaventura”. Esta última sección incluso lleva subtítulos sugerentes hasta irónicos, hasta sarcásticos, que es otro ingrediente de la literatura fundamental.

¿Cómo se llaman esos subtítulos de la segunda parte titulada Expediente Buenaventura? Si estuviésemos en un juzgado, en un tribunal, estos subtítulos serían adecuados absolutamente, para nosotros ahora es desconcertante por el momento. Se titulan: “Los Hechos”, “Indicios Razonables”, “Sin Miramientos”, “La Mirada Perdida” y “Cadena Perpetua”. Y acá también ya, para que se vaya hilvanando lo que quiero estar construyendo, se va a ver todo un proceso, que con toda seguridad tiene que ver con el trabajo literario. En la forma como el escritor se enfrenta al mundo del cual va a salir su obra. Y en segundo lugar cómo se enfrenta a su propio trabajo literario y lo que simbólicamente esto significa. Por ejemplo “Cadena Perpetua” que es el título final, tiene que ver con esa actitud agónica, luchadora, finalmente de enclaustramiento terrible que muchas veces el escritor, el poeta, tiene que estar para poder producir su obra o la sujeción a la actividad literaria, está uno condenado perpetuamente a ser un escritor o un poeta.
En muchos pasajes del libro el escritor se adhiere explícitamente al pensamiento anarquista como uno de los modelos que podrían instaurar –según él- la felicidad humana. Y otra vez –para no dejarlo para el final- hay que verlo como un símbolo. ¿Qué cosa es la obra literaria sino un trabajo de anarquía que busca tratar de reconstruir las cosas de otra manera en base a la descomposición, o a la hecatombe o a la ruptura. Ven ustedes, es una lectura que no deja de decir lo que propone el primer elemento de base denotativa, en el otro elemento que es más profundo, más intenso, más desgarrador, más trascendente, que es el elemento connotativo.
Pero hablando del anarquismo que es el sustento. El anarquismo afirma que todo lo que limita la libertad del ser humano debe ser suprimido. Entonces, todo lo que limite la libertad de la labor creadora, literaria, debe ser suprimido. El hombre, el creador, el poeta -Vallejo lo dijo muchas veces- es un hombre absolutamente libérrimo.
Como movimiento político y social, el anarquismo pretende destruir las trabas sociales: religión, Estado, propiedad privada, la ley inclusive, que según sus teorías, se interpone entre el individuo y la libertad. Al ser posible así la construcción de una vida en comunidad libre y solidaria. Trae un poco al recuerdo de lo que dice Proudhon quien escribió una obra en 1840 “¿Qué es la Propiedad Privada?”. Pensemos en la literatura ¿es propiedad privada ahora este libro que presenta Vicente González Navarro? ¡No! ya no le pertenece. Entonces hay en estos libros también de trabajo de una actitud anárquica, no hay un sentido de pertenencia específica, hay más bien una cosa que de lo individual se vuelve social. Allí en ese libro de Proudhon a la pregunta formulada (¿qué es la propiedad?) respondía con una sentencia reveladora: la propiedad es un robo. Ya a partir de su muerte el año 1865, el ruso Mijail Bakunin el principal representante del movimiento anarquista y que lo integró en la I Internacional Obrera fundada en 1860, así lo sostenía. Ese es el sustento del anarquismo como doctrina.
Leo algunos fragmentos donde el autor expresa su idea. No voy a leer todo, lo dejo para que ustedes lo lean íntegramente, en todo caso es una invitación. Dice y lo dice muy bien: “AQUEL DÍA RECIBÍ LA PRIMERA CLASE DE ANARQUISMO. QUE EL ESTADO DEBE DESAPARECER ESTA CERCA EL ADVENIMIENTO DE UNA RAZA SOLIDARIA”. Entonces, está cerca el advenimiento de un hombre que se supere a través de la obra literaria, y tenga conciencia de su propia vida y de su existencia y ser un transformador de la sociedad, y así sigo leyendo: “LA ANARQUÍA NO ES EL DESORDEN GRATUITO SINO LA BASE PARA UNA SOCIEDAD FRATERNAL, UNA COMUNIDAD FELIZ COMO AQUELLA QUE ALGUNA VEZ POBLÓ PARÍS, QUE LA UNICA AUTORIDAD FUERA LA QUE DICTE NUESTRA CONCIENCIA” Continúa hablando del evangelio según Buenaventura, que es el personaje principal de la obra, “LLEGARÁ UN DÍA –decía- CUANDO LA MORAL BASTARÁ PARA RESPETAR AL PRÓJIMO Y LAS LEYES CON TODA SU CARGA DE REPRESIÓN Y AMENAZA, RESULTARÁN INNECESARIAS, UN GRITO DE LA NATURALEZA NOS REPROCHABA DESDE EL FONDO, QUÉ HABÍAMOS HECHO REPRIMIENDO NUESTROS DESEOS”.
Me hace recordar lo que decía Octavio Paz hablando ya de la literatura, que el poeta, el escritor, el creador, desciende y al descender se quita todo, se desnuda todo, en libertad absoluta y llega al fondo en donde está solamente una nueva emoción, tratando de reconstruirse nuevamente y construir a partir de su obra un nuevo mundo, entonces por eso es que vuelve a la superficie como un ave Fénix. Y termina esa frase diciendo: “TODO ES CONJURA, ES REVOLUCIÓN”. Esto, descender, cambiar, destruir, acabarlo todo, que venga un terremoto y se acabe todo. Una hecatombe y se acabe todo. El creador hace eso, destruye todo, para reinventar las cosas de otra manera. Ya lo hacía desde las categorías andinas el gran Pachacútec, que dio un nombre, una categoría del cambio, siempre en función del amor o sea de la pachamama, de la tierra en que vivimos.
El autor narra la organización comunal en el Cerro Colorado que tuvo en Dimas a su gestor principal. Dimas es otro personaje importante, dice “LAS GRANDES DECISIONES SE TOMABAN EN ASAMBLEAS, PORQUE ESE ERA EL OTRO SERVICIO COMUNAL”. Cuando en la traducción literaria, cuando en su más profunda individualidad, el creador baja hacia el territorio de sí mismo, a esa individualidad está llevando el mundo entero. No es un individualista sino que señala esta individualidad que es su soporte en el cual trabaja, pero en donde están -si es hombre sensible e inteligente- todos los hombres. Un hombre son todos los hombres.
“ERA LA LIBERTAD PURA LAURA, LA LIBERTAD ESPONTÁNEA, LAURA, EL AMOR, LA POESÍA”. Eso es lo que predomina, al final debo entender lo que yo quiero entender. Y debo agregarle lo que yo sé y otras cosas para seguir avanzando en una lectura productiva. Aquí hay una alusión al poeta Rimbaud, que merecería también toda una conversación productiva que tiene que ver con lo que estamos hablando. Rimbaud a los 16 años comenzó a escribir poemas violentos y blasfemos, que al desarrollar la doctrina estética, según la cual, el vendría a ser un poeta violento, romper las restricciones y el control de la personalidad y transformarse en vehículo de expresión de lo eterno. El poder dionisíaco de sus poemas y su liberación del lenguaje de las restricciones formales, tuvo gran influencia en el movimiento simbolista en el inicio del siglo XX. Se dice en el poema “Buscando a Rimbaud”: “RIMBAUD, LISIADO Y CIEGO, CANTABA, YO SOY EL POETA DE LA ALEGRÍA, LOS ÁRBOLES, UN CAMINO, EL SOL ENTRE LOS CERROS, UNA CASITA SIN PUERTAS, LA PETRIFICADA IRONÍA”. Es como se le conoce ahora lejanía de proximidad ¿Cómo es eso? Es una paradoja, pero toda la verdadera verdad y la profundidad están en las paradojas. Durante lo opuesto o lo contradictorio, se dice una verdad mucho más profunda.
En el texto titulado “Las Palabras” Vicente González Navarro manifiesta su sentir estético a través de estos versos que tienen un sabor a la escritura de Martín Adán. Así me han llegado a mí, un sabor martiniano. “QUE LA ORACIÓN ES PERFECTA Y LA ORTOGRAFÍA VANA, PALABRA VERDADERA ES LA QUE APRUEBAS NO LA CONSENTIDA NO LA ACADÉMICA, SINO LA QUE ALUMBRA, SINO LA QUE ASOMBRA”. Luego unos versos precisamente de “Tu Presencia de Hecatombe”: “¡LIBRES Y FELICES SIN REMEDIO VAMOS! REMOTOS, SUCIOS, DELIRANTES, ESE CAOS QUE VA DESNUDO ADELANTE RAPADA LA CABEZA Y LUENGA LA BARBA, SOY YO, MÍRAME POR LAS CALLES GOBERNANDO LA MARCHA ¡AGITANDO ALEGRE UNA CAMPANA!” y otro más en “Hecho una Traza”: “SIN QUERER LAS LUNAS DEL ESCAPARATE ARROJARON UNA IMAGEN AL PASAR…HECHO UNA TRAZA, UN DISPARATE DE CARNE Y HUESO; SIN REPARAR SIQUIERA, EN EL MAYOR ASESINO DE MOSCAS, LA MÁS ACABADA MIRADA AL CIELO ¡EMBRUJADA CASA ATISBO MI ROSTRO, ENTONCES, COMO UNA BRAGUETA QUE SE ABRE IMPÚDICAMENTE, ¡MI CARCAJADA!”
Y esta última “Química”: “LUEGO SEREMOS CENIZA, POLVO, UNA NADA AL COSMOS LUEGO, LA ESPECIE REÚNE, PUJA, PUJA (¡AY OTRO QUEBRANTO, OTRO JUEGO…) ¡FILÓSOFO BASTA! ...QUE NO HAY OTRA FORMA ¡YA TIENES DEL ZAPATO LA HORMA! ¡MIRA LA VERDAD DESNUDA AL BORDE DE LA LAGUNA!”
Al inicio del relato, el autor hace referencias a los pregones, a los pregones urbanos que Dimas, ese personaje, recitaba en las calles y en los micros. El pregonero históricamente fue el encargado de trasmitir a la población los acuerdos generales y urgentes relacionados con la propiedad de la tierra, los propios del ayuntamiento, las fiestas y celebraciones eclesiásticas y civiles, el abasto, la limpieza, las obras públicas, los oficios, las disposiciones reales, convirtiéndose en un medio de contacto entre el gobierno y la sociedad, en un mundo esencialmente oral, de voz y escuchas. La cultura popular formuló refranes alusivos a los pregoneros, por ejemplo, “tras cada pregón, azote”. La expresión “darle un quarto al pregonero” así con letra q, se empleaba para reprochar la indiscreción de aquel pregonar lo que estaba oculto, que descubría lo que debía callarse. Asimismo se solía decir: “como subo, subo” “de pregonero a verdugo” frase con la que se lamentaba que alguien estuviera venido a menos. Además eran usuales estas expresiones: “pregonar vino y vender vinagre” o “a voz de pregonero”.
En fin he traído esta parte de mi disertación poniéndole luz a esto de los pregones, porque también es otro elemento no solamente de lo popular, del hombre de pueblo que con su sabiduría construía un refrán, sino porque la poesía y el arte es lo mismo, cuando se ha separado el arte popular del arte culto se ha errado. El arte es uno solo, con variantes, pero siempre tiene un referente único que es el mundo en que vivimos, la tierra que pisamos, el amor que profesamos al mundo, el deseo de ser justos y libres y creadores.
Si bien es cierto, que los poemas de Vicente, están muy cerca de la oralidad, no hay punto de contacto con aquellos pregones que se cantan en los micros que son de una factura más jocosa y más trivial, sin duda, los de Vicente son pregones más didácticos, por ejemplo “HASTA QUE ENTENDI QUE ESTOS VERSOS, LOS MÍOS SERVÍAN PARA TODO, MENOS PARA RECITARLOS, ERAN Y SON IRRECITABLES, (¿VERSOS O REVERSOS? ME ESPETABA EL CONDUCTOR) ES ASÍ QUE DECIDÍ RECITAR VERSOS AJENOS. YO NO ESCRIBO, YA NO. OTROS ESCRIBEN. YO CANTO. YO SOY LA VOZ CANTANTE” y es extraordinariamente expresivo y aclarador para mí ¿no? Porque efectivamente ¿quién escribe? Uno, si uno hace una cosa tan personal que a nadie le interesa, ahí sí es uno, pero si escribo algo que los demás incluso descubren cosas, que yo no me he dado cuenta, donde otros lectores leyendo y tratando de introducirse en su lectura encuentran otros significados. Habría que preguntarse quién escribió el poema, uno ya no escribe, en ese sentido el verdadero, el que escribe en todo caso es el pueblo, la vida, la alegría, la utopía, lo que quiere uno construir. Ahí está y acaso por eso también dice “por eso ya no recito los míos”, no digo otros poemas, que también son suyos, dentro de esa comunidad de expresiones y manifestaciones de la emoción.
Y voy terminando, señalando, por la edad de Vicente González Navarro pertenecería a la generación del ’80. Estos poetas coincidirán en el abordamiento de la capital como el paisaje principal para el desarrollo de su poética. La migración de la provincia a la capital, la violencia social, la semantización de anteriores formas poéticas, significó a estos poetas, el aglutinar nuevos elementos formales de expresión. En los discursos se trasunta el sentimiento ambiguo que embarga al inmigrante dentro de la ciudad, quien aparece escindido entre el desencanto y la esperanza. Frente a la poesía urbana, Lima generalmente siempre ha sido descrita como una ciudad horrible. César Moro precisamente le llamó “Lima la Horrible”. Sin embargo el amauta José Carlos Mariátegui respondiendo a Federico More cuando atacaba alguien a Lima, escribía, que había dos Limas. Una buena y una mala; como lo que estamos ahora leyendo, una denuncia de una realidad, tal como ella es, y una forma de la escritura que trata de cambiar esa realidad, llevándolo al nivel de la esperanza y de la utopía. Y no es mentira ni engaño, sino que es un sueño que uno tiene que proyectar para lograr lo que uno quiere realmente.
Yo quiero terminar señalando que “Tu Presencia de Hecatombe” sin duda es una metáfora no solamente de la ciudad, de la realidad. No es una metáfora de la desesperanza. Sin ninguna duda no es solamente una metáfora de los problemas sociales. Es una metáfora de la propia literatura, de lo que es la literatura, que al mirar esta realidad construye otra realidad. Y esa otra realidad no es mentira, ni engaño, es una realidad que penetra con mayor hondura, que muestra como posibilidad de ser, igual que cuando el poeta, como dije anteriormente citando a Octavio Paz, se introduce en un pozo profundo, va descubriendo lo que hay pero al mismo tiempo quitando todo eso que existe, para que cuando llegue al fondo y vuelva como el ave Fénix traiga su palabra rediviva. Yo felicito a Vicente, además me ha permitido ante ustedes decir como leí y como seguiré leyendo una obra que sin duda es muy importante. Abrazo y felicito a su autor. Gracias.

*MANUEL PANTIGOSO PECERO: Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua de la Real Academia Española, poeta, crítico literario, dramaturgo y docente universitario, profesor emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El Perú le ha otorgado las Palmas Magisteriales en el grado de Maestro, Premio Nacional de Cultura Javier Prado en 1970 y Premio Nacional del Teatro Universitario de San Marcos en 1980 y 1983, actual director de Extensión Universitaria y Proyección social en la Universidad Ricardo Palma, promotor cultural, el 24 de setiembre del año en curso, se le ha conferido la Medalla de la Asamblea Nacional de Francia -es la primera vez que Francia otorga esa distinción a un escritor peruano- su obra escrita abarca más de 50 títulos, recientemente ha publicado “Cantata de Amor Antiguo a la Señora de Cao” y “Cantatapu a Pariaqaqa Apu del Kunturqoto”

viernes, 5 de junio de 2009

DISCURSO - PRESENTACION DEL LIBRO


Muy agradecido al Gobierno Regional del Callao y especialmente al doctor Alex Kouri, por incluir dentro de las actividades del mes de abril, el mes de las letras, la presentación de la obra TU PRESENCIA DE HECATOMBE, fruto de la paciencia y la reflexión más que de la emoción, pese al título.

Agradecido al Callao porque esta ciudad representa para mí un referente obligado en mi biografía.

Agradecido al doctor Pantigoso y al poeta Winston Orrillo por los generosos comentarios vertidos.

Reconocido a nuestro gran poeta César Moro a quien le debo el título de la obra, cuando decía: “…Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era no podía ser sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe…”

César Moro, menos conocido que el otro César, César Vallejo, Vallejo el de Trilce más que el de los Heraldos Negros, mucho más el de los Nueve Monstruos que el de los Dados Eternos. Vallejo complejo, difícil, duro.

Vallejo que nos revela a todos los peruanos que desde nuestra parquedad, podemos elaborar pensamientos complejos, inducciones universales, podemos filosofar, criticar con la misma alta reflexión que la cultura alemana o la griega. Y Vallejo nos recuerda cada día que somos dignos de cualquier altura.

Como él, César Moro, el solipsista Martín Adán, Eielson, todas esas bajas pasiones que disfrutamos, alcanzaron acaso para la patria, lo que el país aun no consigue disfrutar en otros campos del saber, la ciencia o la política. Poesía y filosofía se demandan mutuamente son dos cumbres separadas por el abismo, dicen.

No quiero que la improvisación del discurso a viva voz me impida entregarles algunas claves de este espacio literario abierto con la obra, por lo que me voy a permitir leer sus líneas maestras. Aprovechar este momento irrepetible.

Y en concreto, la obra pretende tres cosas: explicar, si se puede, la fascinación poética, el misterioso destino de los poetas, víctimas de su singular modo de interpretar la vida, o como dirían otros… víctimas de sus propios demonios, su vida no está al margen de su obra sino que su vida es parte de la obra. El verdadero poeta no requiere mostrar su obra, ni proclamarse poeta, porque toda acción que emprenda, lo denuncia, lo vende. Vive poéticamente.

El Expediente Buenaventura, es la parte cifrada del libro. El misterio de la poesía, que siguiendo el planteamiento de la obra, se emplea como prueba de cargo para acusar de subversivos a los protagonistas de la novela. Un expediente de 31 poemas divididos en cinco apartados: Los hechos, Indicios razonables, Sin miramientos, La mirada perdida y Cadena perpetua, se conectan con la narrativa pero tienen vida propia, son versos de exploración.

Precisamente la exploración poética me llevó a revisar la mirada del poeta, esa mirada que no se pierde en lo evidente sino que remira la gente, la calle, el mundo desde esa otra visión.

Y no había otra forma de internarme en ese bosque, que empleando los mismos recursos, es decir, a punta de versos. Por ello, El Expediente Buenaventura no es una colección de versos, es una obra orgánica.

Otra mirada, otra forma de entender la realidad, un ejercicio del conocimiento único de la poesía. Por ello, en el primer apartado se avoca a revisar la calle, el compromiso del hombre con su espacio, con los otros, en su yo solidario de conmoverse por el otro y a la vez ser digno de compasión. Luego en el apartado Indicios Razonables, el poeta harto de su cotidianeidad decide partir a reunirse con su destino poético, tema repetido constantemente por los poetas. Un poema Inventario nos demuestra el peligro de la rutina, cuando Laura busca algo en el tacho de basura: “Propaganda de dulces, de pólizas/ una hoja de almanaque marcada/ con aspas en lunes, en martes/ puchos de cigarrillos, una taza/ sin asa, un abrazo, otro, la familia/ no acaba uno de conocerla/ un billete de lotería/un arete de fantasía/un frasco, dos frascos,/una receta descartada/una sonrisa perfecta/adorna la etiqueta/de tus últimas/toallas higiénicas”


En Sin Miramientos, el poeta es víctima de la ensoñación, ya no distingue entre el espacio del poema y su avanzar por el mundo buscando su suerte.

Por fin los dos últimos subtítulos son un ensayo sobre la reunión del individuo con la especie, advertida con mayor claridad a través del poema. El uso del lenguaje figurado arranca a las palabras de su significado ordinario y nos entrega esa otra mirada de las cosas que proviene de lo remoto, una especie de exploración arqueológica del individuo a través de las palabras.

Un poema central por ello para entender la obra es precisamente Tu Presencia de Hecatombe donde el poeta se refugia en el desván y se solidariza con las cosas que ahí se arrojan, decidiéndose por su rescate: “¡Libres y felices sin remedio vamos! / Remotos, sucios, delirantes/ ese caos que va desnudo adelante/rapada la cabeza y luenga la barba/ soy yo, mírenme por las calles/ gobernando la marcha/ ¡agitando alegre/ una campana!

¿Quién es hecatombe? ¿Dimas? ¿Buenaventura? ¿Sueños derribados que se pierden en otros emprendimientos delirantes? ¿Otra hazaña? ¿El individuo hombre que se pierde en el género Humanidad, con hache mayúscula, cargado de inconciencia para seguir su camino?


El universo del poeta: la soledad, el aislamiento, el camino, por fin la locura, temas también recurrentes de la poesía.

Por último, en el poema Química se enfrenta el hombre con su pasado remoto, es decir, con todas las vidas que le ha tocado vivir (“dogmas, filosofías copiaron redimida/ a la criatura: imperfección por La Perfección creada/ humana por culpa humana/¡Un buen polvo de madrugada! /De la contradicción somos la prueba/heredando ganas y reproches/ en esta caminata silbando/que no acaba/que no acaba/Pujando entre dos piernas/del Paraíso nos expulsaron/ ¡Una vida, dos vidas!/ ¡Cuánto dura el castigo!/-Yo la llevo-/Que sueños traerá la agonía/ La muerte no es el enemigo/ …Luego seremos ceniza /polvo, una nada al cosmos luego/la especie reúne, puja, puja/Ay! otro quebranto, otro juego”)

Es verdad, en la medida que el individuo se encuentra con su herencia genética va siendo cada vez menos individuo para volver al género, a la horda. Se sabe que en algunos casos de delirios de locura, el delirante pierde la conciencia de sí mismo para protagonizar solo conductas elementales, casi animales. A sabiendas o no, decía Van der Post, todos vivimos, además de nuestras personalísimas vidas, la vida de nuestra época y otras. En este asunto, todos los derechos de propiedad le pertenecen a la vida en general deseosa de sí misma, una voluntad ciega de vivir. Por eso Jung hablaba de sueños surgidos del inconciente personal y sueños que brotan del inconciente colectivo. Exploremos el penúltimo poema de la obra, donde la pugna entre el Ser (la moral) y el No Ser (el instinto) está declarada, terminando con el triunfo de este último cuando se pregunta el poeta: “¿Quién eres mi No Ser?/ ¿O de verdad no eres?/ ¡Qué importa!/ Sólo sé que se desbarata/ la cadena de causas/ trasciendo al despertar/ en nuevos sueños/ ¡Si estoy muerto me da igual!”

No podía contarse tenía que cantarse por ello el tono épico de la entrega. Otra verdad, es que, en efecto, estos poemas no son poemas de amor.

Decía que el verso y la novela se complementan, espero que los versos leídos sirvan de clave, sobre todo para entender los capítulos finales de La Voz Cantante, donde Dimas se encuentra preso de sus delirios, sospechando que se va perdiendo en el ensueño, en la locura, en el olvido esa otra forma de morir según Borges.

La obra tiene dos partes muy definidas pero repito es orgánica, las concordancias al principio del libro permiten leer de modo integrado la obra completa.

El poeta encuentra en sus delirios motivo suficiente para incursionar en las grandes causas, cautivado por los grandes ideales. Y el romanticismo más inspirado lleva hacia el anarquismo, otra de las cosas que persigo explorar en este libro. La tesis del poeta como hombre rebelde que encuentra en el anarquismo la razón objetiva de su quehacer.

Obra y autor son uno solo, el político anarquista no es distinto al poeta, el anarquista nunca deja de ser un artista, por eso cada proyecto idealizado de la sociedad racionalizado por una burocracia administrativa, vale decir, el Estado, le resulta repulsivo. El grado de deshumanización alcanzado, está retratado con angustia comprometida e indignada. Toda sociedad injusta y desigual legitima la desobediencia, cargada de renovados contenidos, para que neutralice el hechizo revolucionario, la acción voluntariosa de cambiar las cosas abruptamente.

El anarquismo produjo verdaderos mártires de la lucha social, que pese a su violencia… a nadie escapa lo noble de su causa. Pero he aquí otro estigma que los persigue…entender anarquismo como sinónimo de caos total, desorden generalizado, hecatombe y la doctrina anarquista no fue eso, por el contrario sostenía y sostiene la urgencia de crear una nueva moral donde el consenso se logre sin coacción, sin la divinización de la ley, donde se respete al otro por un acto de libre voluntad. El ascenso moral del hombre.

La lucha contra cualquier orden impuesto lleva al anarquismo a proclamar la extinción del Estado, como autoridad que ejerce el poder por medio de la coacción, de la adhesión a la ley no de la cohesión, no de la solidaridad, más bien reprime, cuando no, tolera, pero a través del juego de las influencias, porque sabe que igual la ley va a ser obedecida. Precisamente, el marxismo se encargó de tildar a los anarquistas, de socialistas utópicos descartables y descartados. Les robó parte de su ideario, su estrategia y hasta sus mártires.

Convirtió al Estado en el mayor ogro burocrático de la historia. Un Estado que programa la vida de los ciudadanos, que planifica, en principio, cuánto va a vivir una persona y luego, consigue las cifras de la cantidad de bienes y servicios que va a consumir durante toda esa vida, para por fin, programar el gasto que demande. Podrá el Estado o el mercado, ese otro monstruo, controlar la cantidad de libros que debe leer un hombre durante su vida u cuáles, no lo creo, por más subliminal o sofisticado que sea el medio a emplear. Es más difícil. Por eso es necesario escribir. Dejar testimonio de nuestro tiempo.

Un Estado que tiene el monopolio del bien común y la fórmula mágica para conseguirlo, debe permitir la crítica. Sin capacidad de cuestionar, el individuo se convierte en un señor que no se indigna con nada, obediente, que lee diarios, ejemplar.

El anarquismo era un grito de libertad, tuvo en el Perú al pensador más deslumbrante, Manuel González Prada, conciencia viva del país.

Y si bien en los noventa, época en que se desarrolla la historia, no hubo anarquismo, quise a través de la ficción recrear las grandes líneas estratégicas del anarquismo, pero ¡cuidado! no es una declaración de motivos.

Por eso la historia planteada en la obra, fluye a través del testimonio de cada personaje: Dimas, pionero de la invasión de Cerro Colorado. Buenaventura, anarquista confeso, quien salva a Dimas de morir atropellado por una avalancha de ambulantes desalojados de la vía pública, y Laura, mujer de Buenaventura, atrapada en la lucha social. Hombres y mujeres que sobreviven en un país que los hunde. Idealistas víctimas de sus propios ideales. La vida está llena de heroísmo.

Por último, la otra cosa que quiero rescatar en la obra, es a esa “especie en extinción” que son los recitadores. Ese ejercicio de la memoria que consigue a través de los breves momentos del recitado ser otra persona, el que quiso el poeta o el personaje que quiere escuchar el público. Los protagonistas de la obra son declamadores, uno de ellos, Dimas, reconocido en el libro, como la voz cantante, porque hasta hace poco canción era sinónimo de poema más que de música. Ahora que reinan las melodías de 3 minutos y medio, con letras sujetas a la melodía no queda mucho de esa acepción. Dura competencia para el orador.

Sin embargo el poeta recibe el homenaje que no recibe el novelista, el verso se lee y se recita. El poema recitado siempre tendrá esa magia que le agrega la interpretación. Una especie de actor que acaba un breve parlamento. También es verdad, una exposición al peligro.

El poema proclamado entonces, es el grito que llama a la batalla, que causa las más grandes adhesiones, usado por igual por políticos, líderes espirituales y bohemios. Puede conseguir de la tribuna “un morir por él” o “matar por el”. Para el poeta basta el asombro de unos ojos.

Esos eran los objetivos que me propuse cuando escribía este libro que está a disposición del público, no sé si lo he conseguido, pero debo confiarles –al cabo me siento en mi casa y rodeado de amigos- que el éxito o no de la obra, jamás podrá sustituir a esos maravillosos momentos que concede el proceso creativo, cuando va tomando forma la obra, descubriendo acaso la verdad, hasta apoderarse por completo de la voluntad del autor.

Muchas gracias.

lunes, 13 de abril de 2009

Bienvenidos al tren!

Este espacio se abre para hablar de TU PRESENCIA DE HECATOMBE es verdad, pero es igual de libre para lo que venga.

Una cuestión previa, el título de la obra: Heccatombe, el mérito del verso le corresponde a nuestro poeta mayor César Moro. Lo tomé prestado para el título porque aspiraba dentro de otro contexto, aprovechar su fuerza.

Para quienes no lo reconocen ahí van unos versos de El Mundo Ilustrado: “…igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre/ con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me asegura idealmente tu existencia/ a una distancia/ A la distancia/ A pesar de la distancia/ Con tu frente y tu rostro/ Y toda tu presencia sin cerrar los ojos/ Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era no podía ser sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe…”

Esta pequeña obra que me he atrevido a publicar, consta de dos partes Una, 30 páginas de narración: La voz cantante y otra, compuesta por 31 poemas: El Expediente Buenaventura. Ambas se articulan en un solo cuerpo.

La voz cantante proviene de los testimonios de tres personajes: Dimas, pionero de la invasión de Cerro Colorado. Buenaventura, anarquista confeso, que salva de morir a Dimas cuando una avalancha de ambulantes desalojados de la vía pública le atropella. Y Laura, mujer de Buenaventura. Los versos que conforman El expediente Buenaventura son atribuibles indistintamente a cualquiera de los tres.

Buenaventura, pese a ser la víctima fatal de un crimen, es sindicado como presunto extremista vinculado a la subversión y a partir de entonces tanto Dimas como Laura resultan sospechosos por su vinculación con él. Los versos concordados para cada capítulo resultan pues parte de la trama. Versos de exploración que complementan la breve novela. Basta por ahora, están invitados el 30 de abril al mediodía en el Real Felipe a la presentación de la obra. Conversamos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Invitación - Presentación del Libro "Tu presencia de Hecatombe"

El Presidente Regional del Callao

tiene el agrado de invitarle a usted a la presentación del libro:

TU PRESENCIA DE HECATOMBE

de Vicente González Navarro

Jueves 30 de abril a las 12.00 del día

Salón de Convenciones del Caballero de los Doce Cañones

de la Fortaleza del Real Felipe

Alexander Kouri Bumachar

lunes, 6 de abril de 2009

Tu presencia de Hecatombe

Confesión de parte, pronunciamiento a viva voz, Tu presencia de Hecatombe puede leerse como una mixtura de testimonios que hace de las contradicciones humanas un regreso al génesis.

El escenario imaginado es Cerro Colorado, donde se ensayó la utopia anarquista como alternativa a la violencia senderista y por cierto al propio Estado.

Dimas, primero y Buenaventura después, son los enviados, las voces que claman en el cerro. Es parte de la historia de la caótica Lima que se funda y se refunda a sí misma, continuamente, invadiendo la calle, el desierto, las viejas casonas, el cerro. Personajes embarcados en experiencias límite y un temario organizado en los claroscuros sociales de la gran urbe; esta propuesta narrativo-lírica quema en nuestras manos a la manera de un manifiesto ideológico.

Novela épica, sutilmente concordada con los poema destinados para cada capítulo, de modo que se integren formando una unidad. Un conjunto armónico, sobrio, otra forma de amar la literatura.


miércoles, 1 de abril de 2009

Biografía

Nació en Lima el año 1959, cursó estudios en el Colegio San Andrés (antes Anglo Peruano), luego ingresó a estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se graduó de abogado. Docente universitario y funcionario en diferentes gobiernos locales y regionales. Autor de un libro para niños, algunas revistas institucionales recogieron su prosa.

Vicente González Navarro.